Cuando el monje orinó en el rio y salieron los peces nadando, el pescador mato al monje, lo picó y lo puso a hervir en la olla y se lo comió. Después hizo morcilla con sus tripas e intestinos y los vendió. Ahora es la persona que surte a los vendedores de pica longa, bofe y tripita y se pasa todos los días hirviendo pescado en su olla, esperando que otro pendejo caiga en el gancho…

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